Frialdad (about Herestia, Ahrei and stuff)

Hi, dear watchers!
This journal is not informative. Is just a creative post with feelings and all of this stuff. Oh! And is in Spanish.

Si quieres leerlo quédate, ¡lo escribo en abierto por algo!

Hace tiempo que me di cuenta que cambio. Obviamente sé que cambio desde que abrí los ojos al mundo, pero no de ésta forma. Me refiero, no cambiar de crecer, de madurar, sino un cambio distinto.
Tal vez sea porque me he llevado bastantes tortazos en un tiempo breve, lo cierto es que es muy cierto que debido a estos tortazos hay algo, no se qué, que me aleja del mundo. Me aleja de la realidad. De las personas.
Algunos achacan mi escasa habilidad social a inmadurez. Yo tengo claro que no es así.
Es curioso, muchos aquí en deviant (o quienes lean el texto desde el facebook) me conoceréis por ser la chica esa que habla con memes y emoticonos a capazos. Que tiene una colección de emoticonos que abarcan desde una hemorragia nasal, varios memes de los Simpson, otros cuantos de Daleks... Soy esa chica que apenas te conoce pero es capaz de hablarte con varios iconos de abrazos (esos gifs tan simpáticos de aquí de Deviantart...) porque le has parecido adorable o especialmente agradecido. Esa chica que no duda en, si ve que te gusta una de sus fotos, ponerse a hablar contigo y a pasarte enlaces con la música de ese grupo (si lees desde Facebook, sí, hago spam en la sombra y en cada foto que subo del grupo). Esa chica que si te saluda suele hacerlo intentando parecer lo más afable posible, lo más cariñosa.
Esa chica que realmente...no es que finja, es que desearía no sentir que finje.

Tengo esa sensación bastante evidente de que hace tiempo que me estoy distanciando de quien yo quería conservar. Quizá es que soy nula para todo lo que implique relacionarse (quitando honrosas excepciones, claro). Lo que no quita en que mi frialdad no implique una olla bullente interna. Más que nada para salir de esa idea de que soy demasiado fría. En mi cabeza vuelven historias que no recordaba desde hace años (Alicia...mi muy querida Alicia). Historias que se han convertido en sentimientos con patas, pelo largo, gafas de aviador y corsés. Seré franca, les tengo envidia a esos seres hechos de pensamientos. Envidio a Josef, su jovialidad, su talento escondido que solo sale cuando se hincha a cerveza (y que dejaría a José Broseta a la altura de un ciempiés). Envidio a Kristin y su vitalidad, Gharret y su madurez y valor, Robert y su talento para dibujar y a Ahrei (mi dulce y triste asesino) y su fuerza, su resistencia, su...coraza.

Más de una vez me he dado cuenta de que Ahrei es cada vez más yo y yo cada vez más él. Ovbiamente que nos llevemmos ficticiamente cinco años, que regente una librería de alto copete y que pueda manejar decenas de armas (y un par robadas a Ezio Audittore), también que mida 1'80 y que tenga barba, pene y el pelo rojo nos separa mucho, pero a la vez...Es su cabeza. Ese escudo que lo hace frío delante de quienes no son capaces de romperlo (a quienes teme, porque son capaces de entenderlo, con quienes más frío se comporta...), ese chiquillo asustado por lo que vivió en el pasado, abrumado por un presente que le es demasiado complicado (mucho más que el mío, que se basa en sentarme en una silla y estudiar o dibujar, a entrar en una sala de conciertos y hacer fotos y editarlas a posteriori), un futuro que no ve claro, y que teme (no es fácil asumir que amas a otro hombre y que sus padres viven en un lugar donde tal clase de amor inmoral está penado con la muerte, por suerte no es mi caso) y por varios hechos que no cuento, pues alguna vez quiero ganar dinero con su historia.

Más de una vez he deseado que Ahrei, ese ser fuerte, se materializara, que me dijera que no tengo que tener miedo a lo que pueda decir al resto del mundo. Obviamente no existe. Pero mi Muro (y el suyo, quedamos ya que somos casi lo mismo...bueno, él no sabe dibujar) es real y cuando puedo asomarme fuera, ver más allá de lo que hay en mis horrocruxes... Espera ¿no lo habíais pensado? Esos personajes son fragmentos de alma, son horrocruxes. Otros entregan sus horrocruxes a personas (algún horrocrux he repartido), yo se los entrego a seres que solo existirán si los plasmo en papel o los hago reales mediante mi tableta.
Llamadme loca, pero los horrocruxes se destruyen...Puedes entregarle a alguien un horrocrux tuyo y esa persona puede pisarlo, puede destrozarlo, lanzarlo al fuego, venderlo como a una prostituta. Como se venden los secretos si no pones cuidado.
Yo los protejo. Yo cuido mis horrocruxes. Llamadme fría, falsa. Yo prefiero decir que me encantaría guardar los horrocruxes en una caja fuerte y ser lo suficientemente grande como para mirar a través del muro.
Mientras reuna el valor para hacerlo...bueno, seguiré creando.

Desde el otro lado del muro:
Herestia.